Punto y Raya

Recuerdo que un día en la primaria, el maestro estaba preguntando qué era una línea actos seguido dibujó una raya de tiza que es casi de color blanco, sobre la pizarra, que en aquel tiempo eran verdes. Yo, desesperado por la gloria, levanté la mano, y no conforme, el dedo índice que agitaba junto con el brazo para que me escogiera, porque sabía que la raya que había dibujado en la pizarra, a modo de línea, era un conjunto de puntos, sabía la respuesta. No me elegía, y le preguntaba a otros, tal vez a los que veía más desprevenidos o asustados, no lo sé, pero no me elegía a mí, y como casi siempre, no aguanté y dije la respuesta. En mi ingenuidad de niño pensé que sería recompensado al menos con una sonrisa de aprobación, pero no, simplemente me ignoró y dijo la definición que no había encontrado en los labios de los otros, y yo, como en otras ocasiones, no pude disfrutar mi trunfo porque no había recibido el reconocimiento que esperaba.

Más de cuarenta años después, me acabo de dar cuenta que sigo en lo mismo, tratando de recibir reconocimiento de algunas personas de las que simplemente no va a llegar, y no es que no haya abandonado antes otras esperanzas, porque sí, no es que ya no me haya resignado antes y varias veces, que también, sino que me acabo de dar cuenta, a mis cincuenta y uno con algunos meses, que aún espero reconocimiento en ciertos aspectos, y me sorprende porque pensé que era algo que ya había superado. Pero como tal vez me queden algunos años por delante, nunca se sabe, creo que vale la pena remediarlo, y sin hacerme una promesa solemne que no creo necesaria, pienso en trabajar ese aspecto de mi vida y resolverlo. A partir de hoy, voy a soltar toda necesidad, todo deseo, toda esperanza y gusto por que que otros me celebren, no sé si sea posible, tal vez no, tal vez no para mí, pero voy a hacer lo posible para que así sea.

Curiosamente he tenido varias experiencias en mi vida bastante dolorosas y decepcionantes: puntos, y si las miro desde esta perspectiva, de esperar lo que no debería ser esperado, noto que esos puntos forma una recta, no una geométricamente infinita, sino una recta como aquella raya de tiza pintada sobre verde. Esa raya, es la que trazo hoy sobre un plano imaginario que hago de piso. Hasta hoy, según yo y mi deseo antes mencionado, me distraigo con la necesidad de reconocimiento, a fin de cuenta, si lo pienso un poco y sin esforzarme, no es más que una tema de opiniones, tanto del que hace el reconocimiento, si es que es sincero, como la interpretación que hago al recibirlo ¿Por qué debe eso importarme? Más allá de inflarme el ego ¿De qué me sirve? Espero entonces que a partir de hoy, se hayan agotados por siempre y para siempre esos puntos, espero que nunca más crezca esa raya.