Reflexiones senoixelfeR

El espejo que refleja nuestro interior

¿Y tú, ya sabes cómo quieres aprender?

La observación

Voy caminando y adelante va un niño con su madre que le dice con cariño “cuidado hijo, no corras”. El niño inquieto, juega y salta mientras anda, corre hacia adelante y se regresa repetidamente, y la mamá le dice otra vez y con tono más fuerte, revelando cierto enfado que no corra, y le advierte que se puede caer. El niño se calma un momento que no excede el minuto, y enseguida se pone en lo suyo. Esta vez la profecía de la madre se cumple, y el niño cae estrepitosamente raspándose una rodilla. Un llanto ahogado me hace suponer que además a perdido el aire. Su mamá se aproxima de inmediato y lo levanta por un brazo, entonces ocurre algo que me sorprende: le da unas nalgadas y le dice que la próxima vez le obedezca.

Patrones

Esto lo vi y lo sigo viendo aún, y todas las veces que presencié esta escena antes de ser padre, me sorprendía, la encontraba paradójica e incomprensible, mi conclusión era de que estas madres estaban mal de la cabeza. ¿Cómo era posible que el niño se cayera y encima, en lugar de consolarlo, le propinaran una tunda? A los veintiocho años me estrené como padre, y un mundo nuevo se abrió para mi desde ese momento, muchas cosas comenzaron a tener otro significado.

El escenario del niño que se cae y es levantado a nalgadas no fué la excepción. Luego me tocó a mi vivir en carne propia la frustración de prevenir en vano, a estos encantadores seres pequiñitos que llamamos hijos, los cuales poseen una energía inagotable y son además de curiosos e inquietos, muy perseverantes. Entonces, cuando ocurría lo que yo había previsto que ocurriera, sentía la misma impotencia, frustración y hasta rabia, por no haber podido evitarlo. En esos momentos recordaba a las madres que había visto castigar a sus hijos tras las caídas, y aunque no golpeé a los míos cuando se lastimaban después de habérselo advertido, debo admitir que me molestaba mucho que sucediera. Luego, me di cuenta que en realidad es parte de la vida, y que estamos programados biológicamente para experimentar, de no ser así, cuando somos niños estaríamos tan presa de miedo ante los primeras experiencias de dolor, que nos quedaríamos paralizados.

Sin embargo, noté también a través de la experiencia con mis hijos, que no siempre hacen caso omiso a las recomendaciones de cuidado. Algunas veces, parecieran comprender que hay ciertos riesgos y conscientemente actúan con cuidado. Ninguno de ellos por ejemplo, llegó a introducir un objeto metálico o cable en el toma corriente, cosa que yo si hice cuando tenía unos cuatro años, a pesar de haber sido prevenido de no hacerlo. Sin embargo, a escondidas quise comprabar si realmente nos iluminábamos como veía suceder a los personajes de las tiras cómicas al estar en contacto con la misteriosa electricidad. Recuerdo que encontré un trozo de cable con enchufe, lo conecté en secreto y los filamentos me los puse en la parte externa del cachete, experimentando una desagradable descarga eléctrica que aún hoy recuerdo. Afortunadamente, lo hice así en lugar de morder el cable, lo cual había sido mi primera idea.

Somos seres de hábitos

En mi propia vida, y en lo que he encontrado en las terapias, he notado que somos capaces de hacer cosas que nos perjudican a pesar de haber sido advertidos, sólo porque algo en nuestro interior nos impulsa a vivir la experiencia. Llegué a pensar que esto se debía a la estupidez, pero después comprendí que no, que se trata más bien de una elección inconsciente, probablemente producto de hábitos, de programaciones y patrones que hemos fijado en el tiempo, un tiempo que tal vez se remonta mucho más atrás de nuestra actual existencia, mucho antes de esta vida que conocemos. Pero si es cierto que somos seres de hábitos, también lo es que somos capaces de desaprender y adoptar hábitos nuevos, por lo tanto, podemos cambiar el patrón de elección, el hábito de aprender exclusivamente a través de la experimentación y de las sensaciones corpóreas, y aunque es cierto que hay pulsiones que influyen en nosotros y que nos instan a vivir ciertas experiencias, estoy seguro que podemos trascender esta vía si tomamos conciencia de lo que ocurre. En el caso de la caída del niño por ejemplo, es tal su deseo por correr, por jugar, por vivir esas experiencias, que a pesar de todas las advertencias que le hace la madre, asume el riesgo y sigue adelante, pero ¿Qué nos obliga ahora, a seguir haciéndolo, a continuar aprendiendo de esta manera?

Respetar, influenciar en lugar de controlar

Por otro lado, gracias al rol de terapeuta, me he estado entrenando para soltar el deseo de controlar la manera en que eligen aprender las personas con las que interactúo. En oportunidades, veo con claridad que están en un patrón que pronostica resultados desagradables, pero me recuerdo a mi mismo que decidí ser respetuoso de su proceso, de su libre albedrío, incluso tratándose de personas que estimo, amigos cercanos y familiares. A pesar de la tentación de intervenir, lo evito, y aprovecho la situación para practicar el hacerme consciente que cada quien esta en su derecho de elegir la manera en que desea aprender. También me hago consciente que controlarlo escapa de mis manos. Ahora, eso no significa que no me permita influenciarlos, eso sí lo hago, y es una de las razones por las cuales comparto esta reflexión. Aprender a respetar el proceso de aprendizaje de los demás es en sí mismo un gran aprendizaje, y aprender a influenciar en lugar de controlar, todo un reto.

Esta escuela a la que llamamos vida

Pienso en esto a lo que llamamos vida, y se me ocurre que se trata de una gran escuela en la que podemos aprender muchas cosas, que la primera fase, cuando aun somos muy inconscientes, se trata de aprender a través de la experimentación con el cuerpo físico, pero que luego, en la medida en que nos hacemos cada vez más conscientes, esta manera de aprender cambia. Pregúntese si en realidad cree que la experimentación es la única manera que tiene de aprender. ¿Será que podemos elegir otras maneras, otros niveles?

Aprender de la experiencia de otros

Esta interrogante la he mantenido durante mucho tiempo, y en mi experiencia de vida he podido constatar que no es necesario vivir ciertas situaciones, o por lo menos no con toda la intensidad en que pueden vivirse para comprender lo que implican. Imagine usted que para comprender que caer desde lo alto de un edificio, fuera necesario vivirlo. Basta con habernos caído alguna vez en la vida, para saber que golpearnos contra el suelo es peligroso, que atenta contra nuestra salud y hasta en contra de nuestra vida.

En una oportunidad, estuve en un curso en Jamaica con otras trece personas. Hacíamos lo posible por aprovechar al máximo todas las oportunidades para conocer ese hermoso país, su gente, su geografía y su cultura. Entre los elementos inherentes a Jamaica, esta el consumo de marihuana, para ellos es parte de su día a día y a pesar de ser oficialmente ilegal, en realidad no es condenado por su sociedad. En una de las tertulias que hacíamos al final del día, surgió el tema medio jugando y medio en serio, de si como parte del experimentar su cultura, debíamos consumirla o no. Algunos compañeros sostenían la tesis de que no hacerlo sería limitarnos a vivir una experiencia de vida, que si era parte de la cultura de ese país era natural hacerlo entonces, para ellos no hacerlo era dejar de aprender algo. Por otro lado, estábamos los que sosteníamos que no era necesario. En medio del debate, se me ocurrió preguntarle a los presentes, si alguna vez habían sufrido la fractura de una parte de su esqueleto. Surgieron como tres o cuatro compañeros que afirmaron haber sufrido accidentes con fracturas. Les pedí entonces que relataran cómo había sucedido y si habían sentido dolor. Cada uno narró entonces su experiencia y nos explicaron los dolores que habían sentido y el tiempo que les había tomado recuperarse, incluso algunos aún sentían molestias en determinadas ocasiones. Entonces, les pregunté a los que no habían pasado por esta experiencia, si estarían dispuestos a sufrir de una fractura para saber qué se siente. Algunos se quedaron en silencio, otros se rieron, pero no hubo nadie que afirmara querer vivirlo. Les dije entonces que de igual forma, consideraran consumir la bendita marihuana o  “weed” como también le llamaban. Volví a decirles: “¿Acaso es necesario fracturarnos un brazo o una pierna, para saber que es doloroso?”. Esta vez se quedaron en silencio. Realmente desconozco si a pesar de lo que les dije, quienes estaban a favor de probarla lo hicieron o no, pero lo que sí es seguro, es que ya no usarían como excusa, el argumento de que tenían que vivirlo en carne propia para poder saber, ya que había quedado claro con el ejemplo de la fractura, que no es necesario en todos los casos. Piense usted en esto, ¿Es necesario que le impacte un proyectil, para saber que si ocurriera va a salir herido o incluso perder la vida?

Inconsciente colectivo

Una de los personajes que me han parecido más interesantes, es Carl Jung, quien fue un importante colaborador de Sigmund Freud. Jung fue el padre de la llamada psicología profunda, y entre otras cosas estudió extensamente el mundo onírico, también es el padre del concepto del inconsciente colectivo. De manera sucinta podemos decir que ese concepto nos habla de un conocimiento que va más allá de lo consciente, de lo estudiado, un conocimiento que heredamos, expresado a nivel simbólico y que se manifiesta en culturas que no han tenido contacto. Entonces se me ocurre preguntar ¿Acaso este conocimiento de la humanidad es fijo? ¿Será que es posible que crezca? ¿Será posible que exista un repositorio donde todas las experiencias de la humanidad van a dar y desde la cual podemos todos acceder y nutrirnos?

Experiencias de “otros”

Según aparece en el libro titulado “El libro de los hechos insólitos”, de Gregorio Doval, en 1900 el holandés Hugo de Vries, el alemán Karl Correns, y el austriaco Erich von Tschermak, “descubrieron”, independientemente, las leyes de la genética. Cada uno, al estudiar el trabajo previo existente sobre el tema, descubrió que Gregorio Mendel había hecho el descubrimiento 33 años antes. Cada uno de ellos publicó un estudio en el que daba crédito a Mendel.

En Su libro Please explain, Isaac Asimov hace notar que a menudo se produce un descubrimiento por dos o más científicos casi simultáneamente. Los ejemplos son innumerables: el cálculo diferencial e integral (Newton y Leibniz), la evolución de las especies (Darwin y Wallace), el descubrimiento de los quarks (Gell-Mann y Yuval Ne’emen) y tantos otros. Fuente

En lo cotidiano, usted puede constatar un fenómeno parecido, por ejemplo, cuando nota que a sus amigos o a su pareja pareciera ocurrírsele las mismas ideas que a usted, tal vez le solicitan ir a un lugar en el que justo usted estaba pensando. Algunas veces, toman decisiones que parecen haber sido acordadas previamente, o le hacen propuestas sobre temas que usted quería plantear. Este fenómeno no es único en la especie humana, se han encontrado indicios que prueban que también ocurre en otras especies.

Conciencia universal

Hay una teoría que se propuso después de observar el resultado de un experimento que se conoce popularmente como “El mono número 100”. Resulta que unos científicos japoneses observaban el comportamiento de unos monos en una isla, y en cierto momento, comenzaron a darle batatas (camote), pero se los daban llenos de arena a sabiendas que a los monos les molestaba comer las batatas o camotes con arena. En un lapso de tiempo, uno de los monos comenzó a lavar la batata en la playa y descubrió que el sabor mejoraba. Esto se lo enseñó a su familia y poco a poco, los monos fueron transmitiendo a otros el procedimiento. Luego, cuando una masa crítica de monos lavaba la batatas en la playa, los científicos observaron un salto drástico en el aprendizaje del nuevo hábito en el resto de los monos. La mayoría de los monos de la isla a emplearon el método de lavar las batatas en la playa después de que hubo una cierta población que lo hacía, incluso sin haber recibido la enseñanza. Lo más sorprendente para los científicos fue que observaron que los monos de otras islas, también comenzaron a lavar las batatas de manera simultánea. Este fenómeno se haobservado también en ratas de laboratorio, cuando un grupo de ellas aprende a encontrar comida en intrincados laberintos, sus compañeras que aun no has sido entrenadas aprenden cada vez más rápido a conseguirla, hasta que llega un punto, en que ratas que no han recibido el adiestramiento en el laberinto, saben qué hacer en una fracción del tiempo de lo que les tomó a las primeras. Entonces esto me induce a pensar que en realidad no necesitamos experimentar todo para aprender, podemos aprender de las experiencias de otras personas e incluso, de otros seres. También implica que el aprendizaje no es solo individual, sino también colectivo. Lo que alguien aprende, va a contribuir e influenciar al resto de la humanidad, por ende, si mejoramos nosotros, si evolucionamos, si nos hacemos más conscientes, entonces contribuimos a que la conciencia de la humanidad también evolucione y despierte.

Qué ocurre cuando dormimos

Cuando dormimos, algunas veces soñamos de una manera tan vívida que no sabemos si estamos despiertos o no. Los científicos dicen que cuando dormimos, nuestro cerebro hace un reacomodo de las experiencias que hemos tenido, es como una especie de proceso de reacomodo de la información y también aprendemos. Está demostrado, que no dormir puede causarnos serios trastornos e incluso llevarnos a la muerte. En la mayoría de las culturas, se ha atribuído una importancia especial a los sueños. Incluso en la biblia hay registros de eventos importantes que tuvieron su origen en la interpretación de los sueños. ¿Pero será lo único que ocurre cuando dormimos?

Viajes astrales

Sin embargo, parece que dormir no sólo implica soñar, que ya de por sí es importante. En la mayoría de los países y en todos los tiempos, han habido personas que han afirmado haber salido de su cuerpo al dormir. Algunos sólo recuerdan haberse visto desde el techo mientras dormían, otros en cambio, han sido capaces de desplazarse a voluntad por otros espacios y dimensiones, teniendo la oportunidad de contactar seres queridos o conocidos que han fallecido, y también otras entidades. Este fenómeno se conoce como viaje astral, y se ha popularizado en novelas y literatura esotérica.

Los entendidos en la materia afirman que es un proceso natural que nos ocurre a todos, sólo que no lo recordamos. Cuando era estudiante de metafísica, los guías nos recomendaban que al acostarnos pidiéramos a los seres de luz, a los maestros y guías, que nos condujeran a los templos de luz para recibir instrucción. Desde aquel entonces, me pareció una idea genial poder aprovechar el tiempo de sueño para aprender y para avanzar en el camino evolutivo, y aun como costumbre antes de dormir, ejerciendo mi libre albedrío, pido ir a los templos de luz para recibir asistencia y aprender lo que me corresponda. En pocas ocasiones he recordado de manera clara lo aprendido, pero no tengo duda de que he estado asistiendo a estos lugares especiales en cuerpo astral para recibir la ayuda o guía que requiero en mi camino evolutivo.

Cómo hacerlo

No le pido que me crean, pero quienes quieran probar lo que les digo, sigan estos pasos sencillos. Cuando se acuesten, digan lo siguiente: “pido a mis guías, a mis maestros, a los seres de luz, que me guíen al templo de luz que me corresponda, a fin aprender y evolucionar por mi bien y el de toda la humanidad”. Le va a sorprender que durante el día, pensaran o le llegarán ideas positivas que antes no tenían, cosas que nunca antes habían estudiado, y cada día se irán más más conscientes de la información que reciben. En mi caso, algunas veces me vienen ciertas ideas a la cabeza que luego puedo confirmar.

Consultar con la almohada

Pero no sólo eso podemos lograr al dormir. Recuerdo que cuando estudiaba ingeniería, me acostaba hasta tarde estudiando cálculo, física o haciendo algún ejercicio de programación. Solía ocurrir que el problema al que no le hallaba solución en la noche, me resultaba muy sencillo al despertarme, algunas veces, hasta soñaba que lo resolvía y en efecto así era. Creo que de allí viene el dicho de “consultalo con la almohada”. Después de interesarme en la PNL, supe que el inconsciente es sumamente poderoso en cuanto a capacidad para procesar información, y que además, no deja de trabajar. Entonces, cuando nos acostamos con el deseo de resolver una cierto problema o queriendo dar con la solución a alguna situación, podemos pedirle a nuestro inconsciente antes de dormir, que nos dé la respuesta. Esto es algo que muchos han comprobado, sino me cree, pregúntele a los estudiantes de ingeniería, de matemática o física pura, o mejor aún, haga la prueba.

Estados elevados de conciencia y el contacto con otras inteligencias

Cuando estamos en vigilia, en el día a día, la mayoría de nosotros está alerta. A este estado mental, se le denomina estado beta. Se dice que en ese estado, las ondas cerebrales tienen una frecuencia mayor a los 12 Hz. En estado de relajación, las ondas cerebrales tienen una frecuencia que va de los 12 a 8 Hz aproximadamente, en ese estado mental los hemisferios cerebrales trabajan con mayor coordinación y nuestras capacidades mentales mejoran significativamente. Por debajo de estas frecuencias está el estado theta, el cual oscila entre 4 y 8 Hh. A este estado mental se accede a través de la meditación o la hipnosis. Con tales ondas cerebrales, entre otras cosas, podemos contactar conciencias o inteligencias incorpóreas, ya que somos capaces de trascender las limitaciones sensoriales. En lo personal he sido testigo y he experimentado esta vivencia y puedo decir que también es una vía para realizar aprendizajes.

La iluminación implica hacernos uno con el conocimiento

Luego está el caso de los iluminados, seres que han alcanzado un nivel de conciencia permanente. Estos seres ya no aprenden como lo hacemos nosotros, porque han trascendido las limitaciones de la mente egoica. En cambio, siguen su camino evolutivo de manera distinta, en lugar de hacerse del conocimiento, ellos se funden en el conocimiento y forman parte de él.

Regresando al ejemplo del principio, el del niño que se cae luego de las advertencias de la mamá, me atrevería a decir que ejemplifica un patrón que se repite a lo largo de nuestra vida. Piense en esto, El Universo nos ofrece un medio en el que interactuamos con situaciones y personas, y en cada interacción tenemos la oportunidad de aprender, cada uno de nosotros, puede elegir obviar la oportunidad y seguir adelante, o podemos hacernos conscientes, aprender y crecer. Si optamos por la ignorancia, por la inconciencia, entonces esa inconciencia hace que las cosas no dejen de fluir, y pareciera que la situación, que el propio Universo se volviera en nuestra contra recibiendo el “castigo” que no es más que el fruto de nuestras propias acciones. En cambio, cuando decidimos aprovechar la oportunidad, cuando nos hacemos conscientes, las cosas fluyen de manera distinta.

Suelo plantear que el aprendizaje, la evolución de la conciencia, es como cuando estudiamos. Si aprendemos, lo que antes era una dificultad deja de serlo, porque ya lo sabemos. Incluso, llegamos a un punto en el que ni siquiera se ocupan de hacernos exámenes para comprobar que lo sabemos, simplemente se sabe o se asume que así es ¿Cree ustede que le preguntarían la tabla de sumar en una entrevista de trabajo?. Por muchas pruebas que hagan en un empleo, en ninguno le van a preguntar si sabe sumar, después de haber ido a la universidad. Pienso que de manera similar, ocurre en la vida, una vez que aprendemos, trascendemos esa situación y ya no se presenta en nuestras vidas.

Además, considere que la vida tiene muchas facetas, y que cada uno de nosotros asume diversos roles, en cada uno de ellos hay niveles de conciencia, oportunidades de aprender y evolucionar. Estas facetas y roles no están aislados, sino que interactúan entre sí, se relacionan y se favorecen unos a otros. El equilibrio que se alcanza en uno, repercute favorablemente en los demás y viceversa. Todo esta interconectado.

¿Cómo aprender?

El cómo aprender, dependerá de cada quien. La Divina Providencia nos regaló el libre albedrío, la oportunidad de elegir, entonces, nos corresponde a nosotros elegir lo que aprendemos y cómo lo aprendemos. Hay maneras de hacerlo a través del dolor, del sufrimiento y del miedo, pero hay otras maneras mejores; a través del amor. A través del sufrimiento, es como aprender a reglazos, a la fuerza, a golpes, es hacernos parte del dicho que dice: “la letra con sangre entra”. Es doloroso aprender de esta forma, es el equivalente a caernos para saber que duele.

A través del amor, es distinto, se disfruta el aprendizaje, fluimos con él, nos hacemos uno con el conocimiento, y nos queda una sensación agradable en el ser que irradiamos a otros.

Pero recuerda, cada uno elige la manera. ¿Y tú, ya sabes cómo quieres aprender?

Lornis Hervilla © 2012

2 comentarios el “¿Y tú, ya sabes cómo quieres aprender?

  1. Berta A.
    27 de agosto de 2012

    Esto me recuerda que cuando en situaciones difíciles he declarado que aprendo de la experiencia fácil, rápido, fluidamente y que pasaré a través de la situación suavemente con bien y luz, haciendo una entrega, renunciando desde el interior… parece que automáticamente todo comienza a organizarse de forma armoniosa. Así he visto suceder cosas maravillosas!! Doy gracias.

    Me gusta

    • lhervi
      28 de agosto de 2012

      Muy ciertas tus palabras amiga, cuando nos rendimos al momento presente, desaparece el ego para darle espacio a la consciencia. Ese «simple» acto nos conecta con el fluir de la vida y nos fundimos con la sabiduría que trasciende lo mental.

      Un abrazo

      Me gusta

Deja un comentario

Información

Esta entrada fue publicada en 27 de agosto de 2012 por en Sin categoría y etiquetada con , , , , , , , , .
Follow Reflexiones senoixelfeR on WordPress.com

Enter your email address to follow this blog and receive notifications of new posts by email.

Únete a otros 6.701 suscriptores

Entradas recientes

<head> <meta name="publisuites-verify-code"; content="aHR0cHM6Ly9yZWZsZXhpb25lc3Nlbm9peGVsZmVyLndvcmRwcmVzcy5jb20="> </head>

Los numeritos

  • 434.868 Hits

No se encontró ninguna imagen en Instagram.

Categorías

Introduce tu dirección de correo electrónico para seguir este Blog y recibir las notificaciones de las nuevas publicaciones en tu buzón de correo electrónico.

Únete a otros 6.701 suscriptores